Superar la muerte de un ser querido (parte 3)

CAPÍTULO SÉPTIMO

TÉCNICA DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

          “Su vida cambia en el mismo instante en que toma una decisión nueva, congruente y comprometida”
                                                                                                                     Anthony Robbins

          La Técnica de resolución de problemas, parte de la idea de que los problemas que no se resuelven generan un malestar acumulativo, que puede hacerse crónico y terminar en enfermedades psíquicas o físicas. Esto se debe al sentimiento de indefensión, que aparece cuando fracasan las estrategias que aplicamos para solucionar el problema, que suelen ser las que se han utilizado en situaciones similares y que al no ser de utilidad en la situación actual, nos hacen pensar que no tiene solución o que no seremos capaces de hallarla, dando lugar a un nivel de ansiedad que es el que verdaderamente nos paraliza y nos impide resolverla.

          La finalidad de esta técnica es desarrollar una estrategia general encaminada a buscar soluciones, proporcionando la herramienta para solucionar los problemas, marcándonos los pasos a seguir y el esquema en el que utilizaremos nuestros pensamientos positivos. Trata de enseñar una serie de habilidades cognitivas que nos permitan manejarnos de un modo eficaz frente a los problemas ordinarios. De esta manera, se reducen o eliminan los pensamientos negativos que nos llevan a creernos incapaces de manejar la situación.

          Este método fue desarrollado por los psicólogos D’ Zurilla y Golfried, en 1971. Consiste en una estrategia de cinco pasos para encontrar solución a cualquier tipo de problema con el que nos encontremos. Ellos entendieron como problema cualquier situación que requería una respuesta eficaz que no se encontraba. Lo que no tiene solución no es un problema, es un imposible y habremos de aceptarlo como se presenta.
           Los cinco pasos a seguir son los siguiente
  1. Concretar el problema (uno por cada vez a emplear el método).
  2. Concretar cómo solemos responder por costumbre a ese problema.
  3. Hacer una lista de soluciones alternativas.
  4. Valorar las consecuencias de cada alternativa.
  5. Valorar los resultados.
PRIMER PASO: CONCRETAR EL PROBLEMA.

          Se comenzará haciendo una lista de los problemas que nos pueden estar angustiando, haciendo una valoración de los mismos, desde el que más nos agobia hasta el que menos interfiere en nuestra vida.

          Elegiremos aquél que queremos solucionar primero, ya que se trabajarán de uno en uno, aunque hay que tener en cuenta que a veces un problema es consecuencia de otro y al resolver el primero se resuelve el segundo.

SEGUNDO PASO: CONCRETAR CÓMO SOLEMOS RESPONDER A ESE PROBLEMA.


           Una forma de conseguir la información necesaria para este segundo paso es realizar un autorregistro en el que se especifiquen en cuatro columnas, la situación, el estado emocional, los pensamientos automáticos, la conducta y el resultado. Para ello es conveniente tener cierta habilidad en la modificación de los pensamientos automáticos, ya que facilitará el buscar soluciones de manera más tranquila y relajada.

HOJA DE AUTORREGISTRO:

Fecha:

  • Situación:
    • Decribe: Situación actual que conduce a la emoción desagradable, o imágenes, recuerdos o corriente de pensamiento que conduce a ella.
  • Estado Emocional:
    • Especifica: Triste, ansioso, irritado...
    • Evalúa el grado o fuerza de cada emoción (0-100)
  • Pensamiento automático:
    • Escribe: Pensamientos automáticos que acompañan a la emoción.
    • Evalúa: El grado de seguridad en los pensamientos (0-100)
  • Conducta y resultado:
    • Escribe: conducta en esa situación.
    • Consecuencias posteriores.
Guía para realizar el autorregistro:


          Cuando experimente una emoción desagradable, anote en la columna número 1, la situación que provoca dicha emoción, indicando si es un hecho que sucede en ese momento, un pensamiento, recuerdo, etc...

          En la segunda columna señale la emoción que surge por esa situación, evaluando la intensidad con que se manifiesta de 0 a 100, de nada intensa a muy intensa.

          Anote en la tercera columna el pensamiento automático asociado a esa emoción, evaluando el grado de seguridad que tiene en esos pensamientos, de 0 a 100, nada seguro hasta completamente seguro.

          Por último, en la cuarta columna describa cómo actuó en esa situación, lo que hizo o dijo y el resultado o las consecuencias que siguieron a esa conducta, si le ayudó o empeoró la situación y si había otras personas, cómo reaccionaron éstas a su conducta.
TERCER PASO: HACER UNA LISTA CON SOLUCIONES ALTERNATIVAS.

          Para encontrar las soluciones alternativas se seguirá la técnica de la “Tormenta de ideas”, que consiste en anotar todas las soluciones posibles que se ocurran al problema, siguiendo las siguientes normas:

  1. Vale cualquier idea que se le ocurra, no vale criticar las ideas que surjan, la valoración se hará en otra fase.
  2. Todo vale. Aunque la posible solución parezca un disparate, en principio es válida y se anota. Esta norma ayuda a salirse de la rutina mental y permite ver el problema desde un punto de vista completamente distinto.
  3. Es conveniente producir muchas ideas de soluciones alternativas, cuantas más, mejor. Así habrá mayores posibilidades de tener alguna aprovechable.
          Una vez realizada la lista de esta forma, pasaremos a repasarla, con el fin de combinar ideas o mejorarlas. Dos buenas ideas pueden combinarse para formar una mejor.

           Puede utilizar unas notas en este paso que recoja tanto el objetivo que usted desea conseguir ante ese problema, como las posibles soluciones que se le han ocurrido siguiendo la tormenta de ideas.
Objetivo:


Soluciones posibles:

1:
2:
3:
4:
5:
6:
7:
8:
9:
10:


           Los detalles específicos de cada una de las ideas expresadas deben dejarse para más adelante. Ahora interesa tener una estrategia general. Lo importante es no dejar de buscar alternativas demasiado pronto.

CUARTO PASO: VALORAR LAS CONSECUENCIAS DE CADA ALTERNATIVA.

           En este paso hay que seleccionar las alternativas más prometedoras, evaluarlas en la práctica y razonar su utilidad.

          En principio, escoger el objetivo más atractivo. Revisar las alternativas y desechar las que son claramente inadecuadas. Hay que procurar combinar alguna de las estrategias, cuando sea posible. Hemos de procurar acabar disponiendo de tres alternativas que sean excluyentes, esto es, que no se puedan combinar entre sí.

          Cada una de estas estrategias, las vamos a evaluar en términos de consecuencias positivas y negativas que nos puedan suponer, del siguiente modo:

ALTERNATIVA 1

+ ....................................................................................................................................... –
              Consecuencias positivas: puntuación            Consecuencias negativas: puntuación






           Una vez que se han escrito las consecuencias positivas y negativas que son esperables de cada alternativa escogida, pasaremos a puntuarlas con una calificación de uno a diez puntos, en ambos casos. Posteriormente pasaremos a restar el valor obtenido en los inconvenientes, del obtenido en las ventajas, lo cual nos dará un valor positivo o negativo para esa alternativa.

          Después de haber sumado las valoraciones que les hemos concedido, tendremos a nuestra disposición uno o dos alternativas más favorables, de acuerdo con la puntuación neta alcanzada.

           Una vez decidida la alternativa más adecuada, se decidirán los pasos de conducta que son necesarios para ponerla en práctica. Si surgiera la necesidad, se podría volver al paso tercero, a fin de hacer una lista de posibles caminos de actuación
QUINTO PASO: VALORAR LOS RESULTADOS.

          Consiste en poner en práctica esa solución y comprobar si se cumple el objetivo del paso anterior. Si no está satisfecho de los resultados tendrá que emplear otra de las soluciones posibles y repetir con esa nueva alternativa los pasos 4 y 5, o incluso reconsiderar si lo que definió usted como problema era en realidad eso, el problema.


          “Se podría definir un problema como la diferencia entre lo que se tiene y lo que se quiere tener.”
                                                                                                        Edward de Bono



OBJETIVOS BIEN FORMADOS.


          Con el fin de conseguir definir claramente los objetivos que queremos alcanzar será de interés tener en cuenta la diferencia que establece Carlos Sangronis entre aquellas preguntas que nos conducen a formular bien un objetivo, de aquellas que no lo consiguen.

          Para este autor, cuando tenemos problemas logrando nuestros objetivos, típicamente nos hacemos las siguientes preguntas:

  • ¿Qué está mal?
  • ¿Por qué tengo este problema?
  • ¿De qué manera me limita y que puedo hacer?
  • ¿Cómo este problema me detiene para hacer lo que yo quiero?
  • ¿De quién es la culpa de que tengamos este problema?
  • ¿Cuál es el peor momento en el cual has experimentado este problema?
  • ¿Por cuánto tiempo lo has tenido?
          Estas preguntas tienden a guiarnos a considerar, a quien culpar, que está mal y nos separa de lograr la meta o el objetivo.

           Por el contrario para lograr un objetivo bien formado podemos hacernos las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es lo que quiero realmente? Asegurese que está definido en términos positivos. Piense más en lo QUE QUIERE que en lo que no quiere.
  • ¿Qué veré y oiré cuando halla logrado el objetivo?. Describa el objetivo con todos los detalles sensoriales, es decir, con todos los detalles de vista, oído, tacto gusto y olfato.
  • ¿Puede ser iniciado y mantenido bajo mi responsabilidad? Cualquier objetivo debe ser iniciado, mantenido y promovido por usted, el objetivo escogido debe reflejar cosas en la que pueda influir personalmente.
  • ¿Tiene el objetivo el tamaño adecuado? Si es muy grande, pregúntese. ¿Qué es lo que me impide alcanzarlo?, y convierta los problemas en pequeños objetivos, hágalos lo bastante pequeños y alcanzables. Si es muy pequeño para motivarle, pregúntese. ¿Es parte de un objetivo superior? ¿Por qué es importante para mí lograr este objetivo?
  • ¿Cómo sabré cuando logre el objetivo? ¿Cuál es la evidencia? Piense en la evidencia de base sensorial que le permita saber que ha logrado lo que quería.
  • ¿Dónde, cuándo, con quien lo quiero? Imagínese el objetivo de la manera más específica posible. Una vez identificado el contexto, pregúntese ¿En qué contexto? ¿Es Ecológico el contexto elegido? ¿Está basado en información sensorial?
  • ¿Cómo el objetivo escogido afectará mis actividades y las actividades de otros? ¿Qué ganaré o perderé? ¿Qué ganarán o perderán otros? Sopese las consecuencias en su vida y en sus relaciones si consiguiera su objetivo. Considere los sentimientos de duda que comiencen con un “si, pero”. ¿Qué consideraciones representan estos sentimientos de duda? ¿Cómo podrías cambiar tus objetivos para tenerlos en cuenta?
  • ¿Qué te detiene de LOGRAR EL OBJETIVO DESEADO, AHORA?
  • ¿Qué recursos tengo ya para obtener mis objetivos?
  • ¿Qué recursos necesitas con el fin de lograr tu objetivo?
  • ¿Cómo puedo empezar a lograr mi objetivo y cómo puedo mantenerlo?
           Podemos observar la diferencia entre usar la primera serie de preguntas y la segunda teniendo en cuenta cómo nos sentimos y cómo nos encaminamos hacia la solución del problema con cada una de ella

“Somos claramente, tanto el sujeto como el objeto de nuestra búsqueda, el que produce el cambio como el que cambia, y el único organismo conocido que piensa, siente, actúa y es capaz de autoconsciencia”
                                                     M. Mahoney – A. Freeman



CAPÍTULO OCTAVO

PROGRAMACIÓN DE NUEVAS CONDUCTAS


“Mejorar significa cambiar.



Ser perfecto significa cambiar frecuentemente.”
                                                                                                    
                                                  Winston Churchill

          Llegados a este punto del taller, será de interés realizar una revisión sobre el transcurso del mismo. Recordar el lugar del que partíamos. Cada uno el suyo.

         Al comienzo del curso, decíamos que el proceso de duelo es un túnel que hay que atravesar si queremos superarlo. Hoy tal vez vislumbremos la luz que hay al final de este túnel.

          Cada uno valorará por sí mismo el camino que ha recorrido, en qué lugar del túnel se encontraba en la primera sesión y dónde se encuentra al llegar a ésta.

          El desarrollo del taller ha ido mostrando los pasos a seguir para andar ese camino, desde la aceptación de la pérdida, tanto intelectual como emocional, hasta llegar a darle un nuevo lugar en nuestra vida a la persona perdida.

          Para conseguir esto último y encontrar un nuevo sentido a la vida, hemos venido trabajando el autoconocimiento personal, desde comprender las emociones que habían surgido tras la separación y cómo éstas se relacionaban con nuestra forma de enfrentarnos a la vida, aprendida desde nuestra infancia, hasta analizar los propios pensamientos, su influencia en la generación y mantenimiento de dichas emociones y aprender a reestructurarlos.

          Por último, se aportó un esquema para resolver las situaciones que se presenten y que compone la Técnica de resolución de problemas.

          Llegar al final del taller no significa llegar al final del proceso de duelo, sino tener las herramientas para conseguirlo. Con esas herramientas podremos programar nuevas conductas, cuáles sean éstas será cuestión de cada uno.

          Se considera que un duelo ha sido superado cuando se puede hablar de la pérdida sin que las emociones se desborden, cuando se ha conseguido un crecimiento personal y se ha logrado establecer nuevas relaciones, actividades, etc.

          En realidad una cosa lleva a la otra, el crecimiento personal hace que nos sintamos más seguros, capaces de enfrentarnos a las nuevas situaciones y esto hace que las emociones se mantengan bajo control, lo cual nos permite relacionarnos mejor con los demás y dedicar nuestras energías a distintas actividades.

          Sería difícil que a lo largo de las sesiones que preceden, no se hubiera producido el más mínimo cambio en cada uno de los componentes del grupo. Y seguramente ese cambio ha sido positivo, ya que partíamos de la base de que todos habían acudido al taller voluntariamente, lo cual demuestra su interés por trabajar para superar su situación.

          Para conseguir este fin se hace necesario programar nuevas conductas, pero ¿qué significa esto? Se tratará de realizar unas conductas más conscientes, en las cuales utilizaremos todo lo aprendido sobre nosotros mismos. Nos dejaremos llevar menos por los impulsos, que están dirigidos por nuestras emociones, y utilizaremos más la reflexión.

          Ahora contamos con los recursos para indagar en nuestros sentimientos, para comprender por qué se producen realmente. Sabemos cómo hacer que nuestras interpretaciones de los hechos sean más positivas, con sólo cambiar nuestros pensamientos automáticos. Será cuestión de ir poniendo en práctica día a día, lo que hemos ido trabajando en cada sesión.

          Esto no requerirá un esfuerzo especial, sino al contrario, nos permitirá ahondar cada situación que se nos presente, de una manera más satisfactoria.

          Podemos generalizar todo lo aprendido con respecto al duelo a cualquier circunstancia de nuestra vida, de esta forma nos encontraremos con una nueva actitud ante ella, que nos conducirá a realizar conductas diferentes a las que habíamos llevado a cabo hasta el momento, sin haber obtenido con ellas resultados positivos.

          El primer aprendizaje que podemos sacar de este proceso de duelo, es aceptar lo que nos llega, en vez de pretender que las cosas han de ajustarse a lo que queremos. Cuando lo que nos llega es inevitable y no podemos hacer nada para cambiarlo, no nos queda más que trabajar a partir de ese punto y valorar todo lo positivo que la situación nos trae, que siempre lo habrá, aunque sólo sea la nueva fuerza que adquirimos al tener que enfrentarnos a circunstancias difíciles que logramos superar, y superarlas no quiere decir hacer que desaparezcan, puede que en algunas ocasiones sea así, pero en otras será sencillamente adaptarse a ellas.

          En segundo lugar, hemos aprendido que la mejor forma que tenemos para impedir que las emociones nos desborden es no tratar de ocultarlas. Por eso lo mejor será analizar en cada momento cómo nos sentimos, con afirmaciones directas hechas ante otras personas o simplemente ante nosotros mismos: “Yo me siento...”, “esto me hace sentirme...”

            Por otra parte, hemos trabajado en el fortalecimiento de nuestra propia personalidad, lo cual nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos y capaces de enfrentarnos a lo que nos venga.

            Todo ello conduce al principal objetivo que perseguimos, el crecimiento personal de cada uno. Wayne W. Dyer nos lo expresa así en su libro “Tus zonas mágicas”: “Si miro atrás y observo el cuadro entero de mi vida, puedo ver desde la perspectiva del momento actual que todos y cada uno de los aspectos de ella han sido necesarios y perfectos. Cada paso conducía a un lugar más elevado, aún cuando estos pasos parecieran a menudo obstáculos o experiencias penosas.”

            Nosotros somos los que hemos de decidir si utilizamos esa experiencia para alcanzar ese lugar más elevado. Wayne W. Dyer nos dice que podemos verla como un viaje hacia una mejor conciencia en el que hay tres caminos ascendentes. Al principio le llama “Iluminación a través del sufrimiento” y se da cuando, transcurrido el tiempo, la persona ha dejado de preguntarse “¿por qué a mí?, y al morir atrás toma conciencia de lo que le ha aportado a su vida.

          El segundo camino es la “Iluminación a través de los resultados”. Las personas que se hallan en él no se preguntan por qué les ha sucedido algo, sino que se interesan por lo que pueden aprender de esa experiencia.

           W. W. Dyer nos dice sobre esto: “vivir para los resultados es muy superior a vivir el sufrimiento. Da sentido a la vida y nos mantiene motivados para fijarnos metas cada vez más elevadas. Elimina prácticamente el dolor que nace de la autocompasión.”

           Sin embargo, para llegar a la “realidad mágica” que nos propone en su libro hay que seguir el tercer camino: la “Iluminación a través del propósito”.

          “Nada puede ayudar más a una persona a superar o soportar los pesares que la conciencia de tener una tarea en la vida”
               Viktor Frankl

          Nos sigue diciendo que si miramos atrás en nuestra vida, comprobaremos que cada experiencia nos ha llevado a la siguiente, como si una fuerza invisible lo conectara todo y le diera sentido. Este sentido está relacionado con nuestra misión en la vida, la actitud que nos lleva a buscarla es la que nos hace crecer realmente: “Tener un propósito en la vida, entrar en nuestro interior, descubrir que el propósito tiene que ver con el amor incondicional, y el servir y el contacto con lo que está siempre a nuestro alrededor, altera de manera espectacular nuestra visión del mundo”.


           Wayne W. Dyer nos resume finalmente lo que él llama la “iluminación”, como la “tranquila aceptación de lo que es”. “Sin juzgar, sin ira ni amargura, sin hostilidad ni remordimiento, sólo una tranquila disposición a aceptarlo en lugar de combatirlo”. Esto no resulta difícil, cuando comprendemos que luchar contra lo que no podemos cambiar es perder energías inútilmente, que las acciones que emprendemos no nos conducen a nada que no sea encontrarnos peor, ¿por qué mantenernos entonces en esa actitud? Nada de lo que aconteció antes puede ser cambiado, ¿por qué sufrir pensando que pudo ser de otra forma?

          Ya comenté que construimos nuestro pasado desde nuestro presente, pero cuando lo vivíamos hicimos la mejor elección que pudimos en ese momento, teniendo en cuenta cuáles eran nuestros conocimientos de la situación entonces, cuáles eran las emociones que experimentábamos y nos empujaban a una acción determinada. Si volviéramos a vivirlo sin la información que tenemos ahora, repetiríamos lo mismo, ¿por qué lamentarnos de algo que no pudo ser de otro modo.

“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca sucedió”
                                                                                                                                Joaquín Sabina




          Si con la experiencia que hemos vivido últimamente, nos damos cuenta que nuestro pasado pudo ser de otra forma, que le dimos importancia a cosas que no lo eran tanto, y no le dedicamos demasiado tiempo y esfuerzo a las verdaderamente trascendentes, aprovechemos este nuevo conocimiento para nuestro futuro, no lloremos por lo que no puedo ser. Recordemos a Tagore cuando nos decía:

          “Si lloras por no ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas.”



          Podemos tener en cuenta la frase anónima que dice: “en esta vida hay que tener fuerza para cambiar las cosas que se pueden cambiar, paciencia para aguantar las que no y sabiduría para distinguirlas.”

          No nos empeñemos en cambiar lo que no podemos, ni en encontrar las soluciones a los problemas desde el mismo ángulo siempre, a veces sólo es preciso cambiar de perspectiva para encontrar la respuesta acertada.

          “La vida es fascinante, sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas”.
                                                                                                                                      Alejandro Dumas

          Si queremos establecer un cambio en nuestra vida, tengamos en cuenta que “el cambio sólo existe si está sucediendo, pero comienza tan sólo pensando en él”. Nuestra imaginación es nuestra mayor arma para conseguir lo que queremos, sólo tenemos que visualizarnos realizando aquello que queremos.

          Por último, podemos tener en cuenta las recomendaciones que nos hace la Psicología Gestalt y experimentaremos una nueva forma de comportarnos y vivir la vida:

  • Vive ahora. Preocúpate del presente antes que del pasado o del futuro.
  • Vive aquí. Ocúpate de lo que está presente antes de lo que está ausente.
  • Deja de imaginar cosas. Experimenta lo real.
  • Deja de pensar en cosas innecesarias. En lugar de ello, gusta y mira.
  • Expresa en vez de manipular, explicar, justificar o juzgar. Entrégate a la desazón y al dolor de la misma manera en que te entregas al placer. No limites tu conciencia.
  • No aceptes otros deberes ni deberías más que los que tú te impongas. No adores a ídolo alguno.
  • Asume plena responsabilidad por tus acciones, sentimientos y pensamientos.
  • Acepta ser como eres.
          “Soy el amo y no el siervo de mi circunstancia, y esto me permite saber que soy yo y no otro, el que toma las decisiones que necesita mi vida”.
                                                         Virginia Satir


CAPÍTULO NOVENO

EPÍLOGO





          “Cuando por la noche mires al cielo, estaré en una de esas estrellas; y como yo reiré te parecerá que todas las estrellas ríen para ti. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!”

Antoine de Saint-Exupery: El principito


          Ya comentamos que finalizar el duelo no significa olvidar a la persona querida, ni los momentos compartidos con ella. Alain Guiacchi Urzainqui, nos lo resume muy bien en su página web:





Finalizar el duelo no es olvidar...


· Es buscar para tu ser querido, el lugar que merece entre los tesoros de tu corazón.


· Es poder pensar en él, y no sentir ya ese latigazo de dolor.


· Es recordarle con ternura y sentir que el tiempo que compartiste con él o con ella fue un gran regalo.


· Es poder dar un sentido a todo lo que has vivido en esos meses o años.


· Es entender con el corazón en la mano que el AMOR no se acaba con la muerte.






Viktor Frankl, psiquiatra que estuvo prisionero en varios campos de concentracón, entre ellos el de Auschwitz, nos cuenta su experiencia personal al respecto, en su libro autobiográfico El hombre en busca de sentido: “Mi mente se aferraba aún a la imagen de mi mujer. Un pensamiento me asaltó: ni siquiera sabía si ella vivía aún. Sólo sabía una cosa, algo que para entonces ya había aprendido bien: que el amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo. Que esté o no presente, y aún siquiera que continúe viviendo deja de algún modo de ser importante. No sabía si mi mujer estaba viva, ni tenía medio de averiguarlo (durante todo el tiempo de reclusión no hubo contacto postal alguno con el exterior), pero para entonces ya había dejado de importarme, no necesitaba saberlo, nada podía alterar la fuerza de mi amor, de mis pensamientos o de la imagen de mi amada. Si entonces hubiera sabido que mi mujer estaba muerta, creo que hubiera seguido entregándome –insensible a tal hecho- a la contemplación de su imagen y que mi conversación mental con ella hubiera sido igualmente real y gratificante”.


Aceptar las cosas como son y valorar lo que tenemos, lo que nos queda de esa persona, que sin duda será mucho. Podremos darnos cuenta de cuándo nos ha dejado y lo que esto nos sirve en nuestra vida diaria, si dejamos de empeñarnos en necesitar su presencia física, si llegamos a comprender que lo que amamos de esa persona es su espíritu y que éste permanecerá con nosotros siempre, porque forma parte de nosotros mismos. Si nos damos cuenta que hemos de buscarlo en nuestro interior, encontraremos una fuerza que no creíamos tener.




“No llores porque terminó; se feliz porque existió”


Es hacer que esa persona siga viviendo en nosotros, aunque seamos conscientes de que ya no volveremos a tenerla aquí. Saber que ha muerto al mundo, pero no la matemos en nuestro corazón, no la sintamos como algo que ya no está, prestémosle nuestra vida:




Si la muerte me nombra su escudero
y tú quedas de pie a siglos de mi sombra, 
prométeme que te acostarás
con mi recuerdo cada noche
que sabrás apretarlo como nadie
como nunca conmigo


Prométeme que el día te sorprenderá
entre antiguos te quiero
tremendamente tirada en el nomeolvides


Prométeme tu cuerpo
repasando el mío a distancia
que no me nombre la muerte su escudero
mientras estés triunfal
del lado
del vivir.






Si vamos a prestarle nuestra vida, lo mejor que podemos hacer es cuidarla, hacer que sea el mejor regalo que podamos ofrecerle, vivamos de manera que podamos sentirnos satisfechos con nosotros mismos. Esto no se consigue persiguiendo éxitos materiales, sino poniéndonos en contacto con nuestro yo interior, que nos hará comprender cual es nuestro propósito en la vida.


Habremos utilizado este duelo para nuestro crecimiento personal, como dice una frase anónima, que recogí de una de tantas webs en las que me introduzco: “llegará un momento en que creas que todo ha terminado. Ése será el principio”.


En otra de estas páginas encontré una serie de indicaciones para “activar en nosotros mismos esa potencialidad transformadora de la propia realidad y calidad de vida emocional y psicológica:


· Reconozca la crisis presente en su vida y la etapa en que se presenta.

· Revise los aspectos de su vida que han sido objeto y sujeto de cambios y porqué han cambiado.

· Analice sus deseos y necesidades y el grado de satisfacción de los mismos.


· Observe, como espectador, sus reacciones y emociones ante las personas y hechos.

· Determine las ganancias y pérdidas emocionales y psicológicas presentes en su vida.

· Sienta su cuerpo y el lenguaje del mismo, a través de las reacciones físicas.

· Evalúe la actitud ante la vida que sostiene su estado emocional y psicológico.

· Establezca metas y objetivos de sanación y crecimiento personal.

· Instrúyase, documéntese, adquiriendo habilidades que potencien su poder personal de transformación de su realidad.

· Busque la ayuda acertada, esperando sólo guías ya que usted es su propio médico y rector de su voluntad de sanación, y donde la responsabilidad queda de parte suya.


¡Concédase la oportunidad de liberarse, y sentir que la vida que posee merece vivirla en plenitud de su capacidad de evolucionarla con lo mejor que usted tiene; siendo su maestro y lider personal, asumiendo conscientemente que cada situación de vida es una oportunidad de aprendizaje para lograr cada vez más, menos estados de desequilibrio en su salud emocional, psicológica y orgánica!”


Podemos tener en cuenta la frase de Buda: “Tolo lo que somos surge con nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo”.


Estos pensamientos, que ya hemos aprendido a conocer y cambiar, nos permitirán alcanzar la paz interior. No se trata de que todo está a nuestro alrededor como nosotros queremos, para alcanzar la serenidad que anhelamos, sino que ésta tiene que surgir de dentro hacia fuera., de manera que todo a nuestro alrededor se vaya contagiando de ella.




“Las personas más felices parecen ser aquéllas que no tienen motivo especial para serlo, salvo que lo son”


Willian Ralph




La felicidad es una actitud hacia el mundo, una actitud ante la vida, que nos lleva a amar las cosas como son: “La felicidad no es tanto hacer lo que amamos, sino amar lo que hacemos, no es estar donde queremos estar, sino amar el lugar donde estamos, no es tampoco tener lo que nos gustaría tener, sino amar lo que tenemos”. Y amar a los demás sin pretender cambiarlos, igual que a nosotros mismos. Por ello hemos de empezar por conocernos y amarnos a nosotros, porque si no, no sabremos hacerlo con los demás.




“Sólo podemos respetar a los demás cuando uno se respeta a sí mismo. Sólo podemos dar, cuando nos damos a nosotros mismos. Sólo podemos amar, cuando nos amamos a nosotros mismos”.

Abraham Maslow.


“Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto de la Actitud en la vida. La Actitud, para mí es más importante que los hechos. Más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que los éxitos, que lo que otra gente piense o haga... Estoy convencido que la vida es 10% como reacciono a ello. Y así es contigo, estamos a cargo de nuestras actitudes”.


Charles Swindoll




Podemos cambiar nuestra actitud, partiendo de nuestra experiencia actual. Ya lo decía Leon Tolstoi: “Qué interesante sería escribir la historia de las experiencias en esta vida de un hombre que se suicidó en su vida anterior, cómo tropieza ahora con las mismas exigencias que se le habían presentado anteriormente, hasta que llega a comprender que debe satisfacerlas... Los hechos de una vida previa encauzan la vida presente”.


Hoy puede ser el primer día de nuestra nueva vida, dejemos que los hechos de nuestra vida anterior la encaucen. Se trata de tomar conciencia, de empezar a amar de una nueva forma. Erich Fromm nos plantea la cuestión de si el amor es un arte, y entonces requiere conocimiento y esfuerzo, o es una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno “tropieza” si tiene suerte.


Por supuesto, apuesta por la primera premisa y dedica todo un libro a demostrarnos que el amor es un arte, que cosiste fundamentalmente en dar, no en recibir, pero nos indica que el malentendido existe al considerar ese dar como “sacrificarse”, lo cual significa que cedes a favor de alguien, que pierdes, te empobreces, cuando es todo lo contrario, dar “constituye la más alta expresión de potencia. En el acto mismo de dar, experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder. Tal experiencia de vitalidad y potencia exaltadas me llena de dicha. Me experimento a mí mismo como desbordante, pródigo, vivo, y, por tanto dichoso. Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad”.

Si sentirnos así es lo que buscamos, el amor debe ser nuestro propósito:




“...por primera vez en mi vida comprendí la verdad vertida en las canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría definitiva de tantos pensadores. La verdad de que el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprehendí el significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del hombre está en el amor y a través del amor.”


Víctor Frankl




Este amor tiene que salir de nosotros, por tanto en nosotros está todo lo que necesitamos, esto no es ser egoístas, porque no significa que vayamos a desechar a los demás por no necesitarlos, sino que nos relacionamos con ellos como iguales y entre iguales no existen conflictos, porque éstos surgen en los desequilibrios.




“Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor... Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas”.


Paracelso




Si este taller ha servido para conocernos mejor y conocer a la persona que hemos perdido, para comprender cómo era y en qué se basaba nuestra relación con ella, es seguro que nuestro amor será más grande y más pequeño nuestro dolor. 




Bibliografía.



Para desarrollar este taller sobre la elaboración de duelos y pérdidas, he realizado una revisión sistemática de la literatura científica sobre el tema. A este efecto practiqué una búsqueda electrónica y consulté distintos manuales.






Manuales:






· La pérdida ambigua: cómo aprender a vivir con un duelo no terminado. Pauline Boss. Ed. Gedisa.

· Inteligencia Emocional. Daniel Goleman. Ed. Kairós.

· La práctica de la inteligencia emocional. Daniel Goleman. Ed. Kairós.

· El arte de amar. Eric Fromm. Ed. Paidós.

· Nacidos para triunfar. Muriel James y Dorothy Jongeward. Ed. Fondo Educativo Interamericano. México.

· Qué dice usted después de decir hola. Eric Berne. Ed. Grijalbo mondadori

· El hombre en busca de sentido. Víktor Frankl. Ed. Herder.

· Tus zonas mágicas: cómo usar el poder milagroso de la mente. Wayne W. Dyer. Ed. Grijalbo mondadori.

· Psicoterapia: Modelos contemporáneos y aplicaciones. Miguel Garrido Fernández y Jesús García Martínez. Ed. Promolibro. Valencia.






Webs:






· http://usuarios.lycos.es/vivirlaperdida/victimas.htm

· http://usuarios.Lycos.es/vivirlaperdida/queselduelo.htm

· http://www.rnw.nl/informarn/html/

· http://teleline.terra.es/personal/string/duelo0.htm

· http://www.herreros.com.ar/melanco/dynfreud.htm


· http://www.elsecuestro.freeservers.com/duelo.htm

· http://www.derechos.org/koaga/x/mapunches/9.html

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